1 de cada 3 tratamientos de fertilidad son mediante donación de óvulos

Cada vez son más las mujeres que deciden posponer la maternidad dadas las circunstancias que las envuelven, ya sea precariedad laboral o bien todo lo contrario, querer desarrollar su carrera profesional antes de ser mamá. Sea cual sea el motivo, retrasar la edad de maternidad más allá de los cuarenta años puede dar como resultado una pérdida de la calidad de los ovarios de las mujeres, las cuales, deberán buscar una alternativa válida para conseguir el embarazo.

La donación de óvulos u ovodonación es una de las opciones más utilizadas por las mujeres en busca de hijos. Uno de cada tres tratamientos de fertilidad se realiza con óvulos donados, siendo la fecundación in vitro con óvulos donados una de las técnicas con mayor porcentaje de éxito.

fertilización

Existen dos perfiles diferenciados de mujeres que recurren a este tratamiento, es decir, mujeres que reciben un óvulo donado:

  1. Mujeres mayores de 40 años que han perdido calidad ovaricitaria, independientes y que, normalmente, poseen un trabajo estable, cosa que les ha hecho retrasar la edad de maternidad.
  2. Mujeres provenientes de Europa que vienen a España a realizarse un tratamiento de este tipo porque en su país no está permitido o bien, porque buscan en España el prestigio de un país pionero en reproducción asistida.

Es importante en este tipo de tratamientos llevar la ovodonación como algo natural desde el primer momento. Se pretende ayudar a aquellas mujeres que tienen menores posibilidades de ser madres a conseguirlo de manera exitosa, así pues, el sentimiento de maternidad y paternidad debe reflejarse desde el primer momento para conseguir la aceptación tanto de la futura mamá y papá como del entorno, dejando de lado lo puramente genético.

Si bien es cierto que, una de las mayores preocupaciones de las pacientes es el futuro parecido físico que puedan tener con ellas sus bebés pero gracias a la ciencia se ha descubierto que las moléculas segregadas por el endometrio de la madre pueden llegar a influir en el aspecto físico del embrión. Esta ciencia se llama epigenética y puede hacer que las mujeres que todavía no se han decidido a someterse a un tratamiento de este tipo por ese miedo a parecerse o no a sus futuros hijos, quede a un lado y simplemente se disfrute de un embarazo normal sin pensar en nada más.